Siendo madre, esposa, hija, hermana, nuera, tía, cuñada, amiga, trabajadora... cómo mantenerme mujer.

viernes, 1 de octubre de 2010

Mensaje para los fabricantes de zapatos


Una de dos, o llega mi mensaje urgente a todos los zapateros, o me pongo en huelga de pies descalzos y a partir de ya mismo dejo de comprarlos. Es que se han empeñado en que las mujeres usamos zapatitos. Así que, para una mujer hecha y derecha como yo, que adora los zapatos y que calza nada más y nada menos una 42, es com-ple-ta-men-te-im-po-si-ble comprar zapatos como churros, que es lo que a mí me gustaría, seguro que hasta podría sacarles de la crisis y todo.
¿Y por qué es tan complicado? Punto número uno, porque no hay zapatos de esa talla en ninguna tienda que se precie de moderna. Punto número dos, porque tengo que irme a zapaterías especializadas de tallas grandes, una minoría en comparación con las otras. Punto número tres, porque en esas tiendas hay unos zapatos horripilantes de súper abuela. Punto número cuatro, porque en esas tiendas que tienen esos zapatos tan poco favorecedores, además te cuestan un dineral. Punto número cinco, total, si cueste lo que cueste igualmente voy a cargármelos en dos días, que luego me quejo de mis hijos porque con sus súper poderes destrozan los zapatos en un mes, pero debe ser algo que se lleva en los genes, supongo.
Con cada comienzo de una nueva temporada, llega también un nuevo martirio para mí. Al principio tengo una idea de lo que me quiero comprar, algo que he visto en alguna revista o lo he visto en otros pies de carne y hueso. Voy entrando en cada tienda, echando un vistazo a verdaderas maravillas y cuando encuentro justo lo que quería, pregunto por mi talla. Ese es el momento en el que las dependientas de pies corrientes me devuelven a la realidad después de mirarme con retintín o compasión. Poco a poco voy desanimándome y bajando el listón de mis deseos, hasta que al final termino, como siempre, en una de aquellas tiendas especializadas que tienen zapatos feos como ellos solos, pero más o menos grandes y cómodos, y carísimos.
Con la llegada del otoño decidí dar una nueva oportunidad a mis pies y la ilusión de este año es hacerme con unas botas de agua, de esas que llevan floripondios, para que mis hijos alucinen en colores, y aprovechar para no mojarme los días de lluvia o de piscina. Y otra vez el mismo rollo de siempre. Ya estaba empezando a sentir el fracaso llamando a mi puerta, cuando entré en una tienda de esas gigantes con las cajas de zapatos apiladas y montones y montones de modelos. Por no auto-ponerme los dientes largos, fui directa a la dependienta y le pregunté si tenían barcos gigantes. ¿Barcos gigantes? me preguntó boquiabierta. Sí, zapatos de la 42, le contesté intentando parecer muy seria y convencida. Y cuando estaba esperando la típica miradita de pena de siempre, la chica me dijo que reciben todos los modelos en la talla 42…  ¡¡¿¿la 42??!! ¡¡¡¿¿todos los modelos??!!! Así que me tiré dos horas probándome todos los zapatos ¡¡baratitos!! Y además van a recibir botas de agua ¡¡también en la 42!! ¡¡yupiii!!

15 comentarios:

Annick dijo...

Le vas a tener que ponerles un altar a la zapatería esa , y mandarles bombones en Navidad y que se yo .
Nunca hay que desesperar!!!

Besos desde Málaga y disfrutas de tus zapatitos .

Alba Úriz Malón dijo...

Punto número tres, porque en esas tiendas hay unos zapatos horripilantes de súper abuela. xDDD
Poniéndome seria: tap-tap-tap, palmaditas compasivas (sí). Pero porque te entiendo: yo calzo un número menos y éste es un sitio chiquitín, así que joroba quedarse con las ganas.

¡Viva esa tienda de la 42, ponle un monumento!

Alegría. dijo...

No entiendo que con la altura que gastan las chicas de hoy, resulte tan difícil encontrar zapatos del 42. Mi hija ya calza un 40 y alguna de su clase pasan del 42... ¡Pues menuda me espera!
Un beso.

labertolutxi dijo...

pues has tenido mucha suerte. En cuanto te sales de la media: problemas.

.A dijo...

eso tambien me pasa a mi !
asi que te entiendo perfectamente :)
espero que todo vaya bien
te mando un abrazo

Atlántida dijo...

lo que me costó encontrar a mí botas que me entraran (es que sufro de piernas gordas), no sé un buen día el mercado se dio cuenta que había mujeres no estándard y escuchó mis peticiones, estoy convencida que eso mismo a pasado con la talla 42 ¡disfruta de tus nuevos zapatos!

Un tipo dijo...

Hahaha qué divertido final.

Y sí, argh, a mi me pasan cosas similares, aunque no sólo con el calzado. Pero me he dado por vencido en compras, haha.



Saludos !

*Googlea "botas de agua"*

Alís dijo...

Ya me estaba agobiando contigo, pero me alegró comprobar que la historia tenía un final feliz.
Cuida esa zapatería.

Besos

Patricia dijo...

Y demostraste que quien busca...encuentra! felicidades por tu perseverancia!! siiiiiii
Con zapatos uno nunca sabe el otro dia me compre unos que parecian muy bonitos...me arrepenti despues de algunos bloques...me sacaron parte de la piel de uno de mis pobres dedillos y con la calor me apretaban como si fueran dos tallas menos!! y eran tan bonitos...ni modo!! a la basura :(
Me alegra encontraras tu talla amiga!
besos

Camaleona dijo...

Annick, yo creo que debí alegrarles el día por el montón de veces que les di las gracias por existir.

Alba, así que tengo algo en común contigo!!! Bien!!

Alegría, pues eso mismo me pregunto yo, que de dónde sacan las chicas de ahora los zapatos... un día de estos empiezo a preguntar por la calle.

claudia, si es que no hay nada mejor que la vulgaridad.

A, así que tú también vas con barcos por la calle...

Rebeca, pero a ver si se ponen las pilas, que yo quiero mil modelos para poder elegir...

kappie G., es que como me ponga a hacer compras por internet a mi tarjeta de crédito le da un pasmo...

Alís, espero que no la cierren por falta de clientela... tienes razón, a partir de ahora todas las semanas me compro un par de zapatos...

Patricia, a mí me gusta tener algunos zapatos de esos que te mueres al ponértelos, así los días que se presentan realmente malos me los pongo y como me duelen tanto los pies, el resto me importa un pimiento.

Dara dijo...

lo primero que tienes que hacer en cuanto te compras unas botas de agua es ir saltando en todos los charcos que veas. ¡que no se te olvide!


pd: mi elefante quiere unas. ¿crees que habrá número para él?

Unknown dijo...

Comprar zapatos, una odisea.
Yo tengo los pies pequeños (35.5)y gorditos, si ves unas botas en alguna de esas tiendas, dimelo...

Mandalas, Espacio Abierto dijo...

Hola

Después de leerte, casi he saltado de la alegría al ver que has encontrado zapatos de tu número.

En mi ciudad, San Sebastián, debemos de tener todas los pies muy grandes porque no suele haber problemas de números altos. Calzo un 40 y mi número es normalito. Es más, me compré unas botas del 42 preciosas porque no quedaban de mi número. Se podían atar y por eso no se me caían de los pies ;).

Enhorabuena y a disfrutar de nuevos y maravillosos zapatos en esa zapateria que has encontrado.

Un saludo.

Marieta dijo...

Hola, me ha gustado muchísimo muchísimo tu reindivicación, tanto que te he posteado.
http://malachuca.blogspot.com/2010/10/mensaje-para-los-fabricantes-de-zapatos.html

Espero que te guste.
Un besazo.

pecas dijo...

:O pero que cosa mas rara!!!

yo calzo 36 1/2 dependiendo del calzado 37 pero mi numero jamas está, por q es de lo mas común; en cambio mi mismo modelo en pie grande (xD) si está... pero imagínate siempre son mas baratos!!

Lo mismo en las ventas de bodega... ahí los precios están botados pero adivina, jamás he visto talla 36 ó 37 siempre números pequeños o extra grande.
En una de esas cuando vengas a Chile te llevas zapatos lindos, cómodos y baratos ufff q mejor!

[me encantó tu cabecera supongo q son tus pequeños jugando con hojas secas :) ]

este es el diario

de una madre, esposa, hija, hermana, nuera, tía, cuñada, amiga, trabajadora... que intenta seguir siendo y sintiéndose MUJER