Siendo madre, esposa, hija, hermana, nuera, tía, cuñada, amiga, trabajadora... cómo mantenerme mujer.

martes, 2 de diciembre de 2008

Creo que soy optimista

Yo creo que soy una persona optimista.
Cuando nació el pequeñito, se lleva tres años con el mayor, todo el mundo me hacía la misma pregunta: "Y qué, ¿qué tal el tema de los celitos?" y ponían cara de circunstancias. Yo les miraba con la cara de mayor normalidad que me era posible (después de contestar mil veces lo mismo ya no sabía que cara poner, sobretodo porque todo el mundo me miraba con cara de venga ya eso no te lo crees ni tú) y decía que muy bien, que todo dentro de lo normal. Claro, me habían contado cada caso de hermanos celosos que tiraban cosas por la ventana y se daban cabezazos para llamar la atención, que las cosas que hacía mi hijo para llamar la atención estaban dentro de la más absoluta y sana normalidad. Así que yo estaba contentísima porque mi hijo tenía pelusilla, pero no CELOS enfermizos.
Justo por aquella época nació la pequeñita de una vecina que se llevaba también tres años con su hermana mayor, y cuando yo le hice la típica pregunta: "Y qué, ¿qué tal el tema de los celitos?" y puse cara de circunstancias. Ella me miró con cara de desesperación y me dijo que FATALMENTE MAL, que estaba desesperada, que la mayor tenía muchísimos celos y que no sabía qué hacer. Yo claro, me quedé sorprendida por su respuesta y le pregunté qué cosas horribles hacía su hija para demostrar tener tantísimos celos.
Mi amiga empezó a enumerar una por una todas las cosas que hacía su hija mayor para llamar la atención, coincidían con las invenciones de mi hijo para llamar la atención y me parecieron de lo más normal y tranquilizador para un niño de tres años que acaba de tener un hermano.
La situación que más veces se repetía, por ejemplo, que estaba dando de mamar al pequeñito y justo en ese momento venía el mayor y empezaba a darle besitos, y hacía que se despistara y no comiera. A mí esto me parecía un intento absolutamente normal de llamar la atención, eso sí, una interrupción muy molesta porque normalmente tenía prisa para que el pequeño terminara cuanto antes y poder dedicarme a otra tarea menos aburrida y esclava que dar de mamar.
O justo cuando el pequeño se ponía a llorar por dolor de tripa o por hambre o por sueño, llegaba el mayor y quería que le montara el juego de las canicas, o que le contara un cuento o cualquier otra cosa que no fuera atender a su hermano pequeño para que dejara de berrear. Otra interrupción de lo más sana, y de lo más molesta.
Esas situaciones ya generan estrés por sí solos como para además añadir la preocupación y angustia de pensar que se dan porque el mayor está celosísimo y que terminará con un trauma.
Con el tiempo ha quedado demostrado que la niña adora a su hermana, igual que mi hijo adora a su hermano, y que cuando pueden se pelean por un juguete o por lo que sea. Incluso ha quedado demostrado que los pequeños son más celosones que los mayores y que son los tiranitos que buscan robar nuestra atención continuamente.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi tener mi primer hermano me pilló con 8 años, así que ya era totalmente "racional" y creo que nunca tuve comportamientos de celos, basicamente porque ya tenía muchos primos más mayores y más pequeños, con los que compartía mi vida, y por lo tanto, esa etapa de "celos" si la pasé, la pasaría más con algún primo que con el canijo de mi hermano.


Pero entiendo que es una circunstacia jodida, y que alguien como tu que se lo tomaba dentro de la normalidad no pudiera entender a todos aquellos que casi se tiraban de los pelos.

Enrique Palacios dijo...

Las vivencias y situaciones que todos pasamos son casi las mismas. La diferencia esta en la connotación que le damos cada uno de nosotros, a esas experiencias. Mientras que para uno caerse es un camino directo a la melancolía o depresión; para otros es una mayor motivación y reto para lograr sus objetivos...

Saludos!

Gema dijo...

Los celos son la cosa mas normal del mundo en los niños, es universal, es decir, que todos cuando hemos sido pequeños inconscientemente hemos sido celosos, el problema lo vería cuando el celoso no demuestra ningun afecto hacia el hermano Ahí si que me entraría el agobio y la preocupación.
Gracias por pasarte por mi blog,
Besos

Io dijo...

Yo fui la pequeña de cinco. Estaba mimada, consentida, tenía celos de todos mis hermanos y les hacía la vida imposible. Sin embargo, ellos nunca dejaron de adorarme. Y yo a ellos. Y peleas y agarrones hubo como para llenar un festival. Pero era algo sano y natural. No tuvimos más trauma que el de hacernos mayores...

Un besazo.

Pugliesino dijo...

Yo fui el pequeño de tres hermanas,y digo hermanas porque ellas son dos y yo uno :) Y realmente odiaba que la familia sobre todo paterna me dijesen eso de ay prubitín solo con estas dos. Les respondía con un envidiaa:p y callaban.
Entradas como la tuya escasean en el mundo de los blog,siendo la familia,despojando tal concepto de tópicos y apodos,algo tan importante.
Parece que los mafiosos que asesinan no la tuvieran.
Un abrazo y felicidades por el blog!

pecas dijo...

y mi comentario !! :s desapareció?
lo dejé ayer :(

Camaleona dijo...

¿Y qué me contaste Pequitas?

Alicia. dijo...

Yo me llevo 2 años con mi hermana y tuve muchos celos cuando nació. Mi madre aún me recuerda la cara que ponía.
besos!

Unknown dijo...

Mi hija le saca 2 años y 9 meses al pequeño, y también ha sufrido y sufre algunos celos... pero, como tú dices, son reacciones totalmente normales (y lógicas) en una criatura tan pequeña que ve invadido su espacio y que tiene que aprender a compartir atenciones con un ser más pequeñito y frágil, que le ha "robado" en gran parte la atención de sus papás.

No está siendo nada traumático, y no tenemos ningún motivo para la alarma ni la desesperación.

Besitos!

.A dijo...

el amor suscita celos :)

Tony Amesty dijo...

Es cierto que los celos como enfermdad es algo innato. Posiblemete genético para la protección de lo que creemos nuestro.
Con el tiempo y la madurez lo empezamos a controlar.

Como dijo Nietzsche :
"Aquel a quien la llama de los celos lo circunda acaba volviendo contra sí mismo el aguijón envenenado, igual que el escorpión".

Un saludo

Camaleona dijo...

Turistaentupelo, cuando tenía 8 años me habría encantado tener un hermanito...

Ki, incluso siendo la misma persona con la misma actitud, a veces las circunstancias hacen que reaccione más o menos positiva.

Gema, cuando mi hijo mayor vino al hospital a conocer a su hermano, se lo pusimos en sus brazos, y el mayor miró al pequeñito con tanta ternura que supe que a pesar de las peleas, siempre le querría.

Io, los pequeños suelen ser los más celosones...

Carlos, ojalá tengas razón y la mitad del camino esté recorrido sólo con estar rodeado de una familia donde encontrar los valores y un refugio.

Pequitas, a mí tampoco se me ha publicado el último comentario de mi propio blog. ¡Cosas de la tecnología!

Alicia, y seguro que ahora quieres a tu hermana...

Mario Alonso, cuando se haga un poco más mayor tu pequeñajo cuéntame si es el más celosillo. En mi caso es así.

Alba, creo que la condición del ser humano y sus ansias de posesión son las que suscitan celos.

Tony, espero que mis chicarrones sepan controlar los celos para que no se vuelvan en su contra.

encantadadelavida dijo...

La gente se mete mucho en los celos que van a tener los niños cuando nazcan los hermanos.
Yo tengo un machote muy enmadrado y todos los amigos super expertos en temas de celos decían que al nacer la peque el niño no lo iba a poder soportar. El machote ahora adora a su hermanita y la cuida un montón, y, me imagino que cuando la peque crezca y le quite sus juguetes y le destroce sus torres, pues se pelearán y ya está. Todo bien.

este es el diario

de una madre, esposa, hija, hermana, nuera, tía, cuñada, amiga, trabajadora... que intenta seguir siendo y sintiéndose MUJER