Diario de una fallera II

Esta mañana ha sido la plantà de las fallas infantiles. Aunque los niños están de vacaciones, yo no, pero como era muy temprano, he podido ir a ver nuestra fallita. Además, este año es especial para nuestra familia, porque una de nuestras sobrinas es la Fallera Mayor Infantil de nuestra falla, es una niña preciosa por fuera y aún más preciosa por dentro, así que lo vivimos todo con muchísima más emoción, especialmente mi madre que es la que nos ha transmitido las tradiciones valencianas a todos los hijos y ahora a sus nietos. Como mi sobrina vive en las afueras de Valencia, estos días se han trasladado a casa de mi madre que parece un verdadero campo de batalla, aunque mi madre está feliz de tenernos a todos rondando por su casa.

Los monumentos falleros se dividen por secciones y participan en un concurso donde se premian las fallas más bonitas o las más graciosas o los ninots más votados por los valencianos. Las más impresionantes son las de la sección especial, y son las que vale la pena visitar, aunque también son las más abarrotadas de gente, mejor ir bien pronto por la mañana. Todavía no hemos ido a ver ninguna de la sección especial, seguramente el miércoles que ya tendré vacaciones, cargaré bien la cámara de fotos. Este año, la ganadora de los pequeños ha sido la falla Exposición-Micer Mascó.

Por la tarde nos hemos ido a tirar petardos. Mi marido debería ser pirotécnico, con cuatro petarditos de nada, casi ha montado una mascletà, y los peques estaban encantados. Juntando una fuente de chispas, con unos cuantos petardos pequeños, y lanzando abejas que vuelan por el cielo y ruletas que ruedan cambiando de color… y ya está, diversión asegurada. Es mejor que los niños aprendan a tirar petardos con nosotros, así les enseñamos las normas de seguridad y no las aprenden con doce años de sus amigos.

Trabajar en fallas me resulta extrañísimo, pero bueno, sólo me queda un día de trabajo. Luego a disfrutar de las fiestas al cien por cien.